¿Coca-cola, tovarich?

Si algunos no recordáis lo que eran y lo que significaron el Politburó o la Unión Soviética tal vez no entiendáis el trasfondo tan cínico y divertido que tiene este juego. Desde nuestra posición al mando de una de las facciones del Partido Único usaremos nuestra influencia para controlar a los diferentes miembros tanto del gobierno como a la gente del pueblo (pero con carné del partido). Algunos ascenderán, otros morirán, otros serán investigados e, incluso, purgados a Siberia. Si uno de los miembros controlados por tu partido llega a la presidencia, tendrá la posibilidad de presidir el desfile conmemorativo de la Revolución de Octubre. Si consigue mantenerse en pie y pasar revista a las tropas, habrás ganado un punto de victoria. Gana la facción que consigue primero tres puntos de victoria.
Como conclusión comentar que Kremlin es un juego muy divertido, sobretodo si la gente está con ganas de comedia (los famosos achaques de los presidentes en la fase de salud son famosos), con unos personajes con nombres realmente cómicos y con un desarrollo un pelín caótico que le da una gracia especial.